Para empezar, en el mercado de verano llegaron jugadores que invitaban al optimismo, tales como Pennant o Uche. Otras incorporaciones fueron el portero Carrizo, el defensor Pablo Amo, el desaparecido Obradovic, el nefasto Babic y el actualmente lesionado Abel Aguilar.
Empezó con buen pie la temporada, ganando en casa a un rival directo: 1-0 al Tenerife.
Poco nos duraría la alegría, pues la semana siguiente caeríamos estrepitosamente en Sevilla por 4-1, con un gol mal anulado que hubiera podido cambiar el rumbo del partido, y con la lesión de Uche que tanto nos ha pesado a lo largo de la temporada.
La posterior derrota en casa contra el Valladolid (otro rival directo) indicaba que lo pasaríamos mal esta temporada.
Los dos partidos que siguieron fueron bastante positivos. Sacamos un punto del Molinón, un campo difícil, y le endosamos un 3-0 al Getafe en el que, hasta ayer, había sido el mejor partido del equipo en toda la temporada. Además, esa semana recibimos otra alegría cuando por fin Lafita pudo incorporarse al equipo tras todos los problemas que había tenido el jugador con el Deportivo de la Coruña.
La jornada siguiente caímos por 2-1 en el Calderón, sin embargo, y el colmo llegó cuando, tras ir ganando 2-0 en casa, el Racing consiguió empatarnos un partido que parecía ganado. Una semana después, el Barça nos remataría con un humillante 6-1.
En estas llegó el primer partido de Copa, en el que no pasamos del empate a uno en casa contra el Málaga. El gol recibido, de penalti, nos supondría la eliminación dos semanas después cuando empatamos a cero en La Rosaleda. Entre medias, una victoria en casa por 2-1 ante el Almería (la última alegría que nos llevaríamos en muuucho tiempo) y una derrota por 3-1 en Mestalla.
Esa misma semana volvimos a enfrentarnos al Málaga, esta vez en Liga, y se repitió el resultado de la ida de Copa: 1-1. A partir de allí, se sucedieron las derrotas: 0-1 en casa ante Osasuna, 4-1 en el campo del Mallorca, 1-2 en casa frente al Athletic (partido que supuso la destitución de Marcelino García Toral como entrenador del equipo) y la bochornosa derrota por 6-0 en el Bernabéu.
Ante esta situación, Bandrés y su directiva decidieron dimitir por el bien del equipo, y la cosa no fue del todo mal. A la vuelta de Navidad, conseguíamos salvar un empate en casa ante el Dépor, uno de los mejores equipos de la temporada. Sin embargo, fue un espejismo: poco después caímos 2-1 en casa del Espanyol y no pasamos del empate a cero en casa contra el Xerez, rival más débil y colista de la categoría.
Fue entonces cuando llegó el mercado de fichajes y, con él, el resurgir del león: Eliseu, Suazo, Jarosik, Roberto, Contini, Colunga y Edmílson. Siete incorporaciones, cinco de las cuales ya están dando frutos.
Perdimos 4-2 en Villarreal, pero la imagen del equipo, que pasó de perder 3-0 a 3-2 en pocos minutos, empezó a cambiar a mejor. Y ello se vería consolidado la semana siguiente en Tenerife con la victoria por 1-3, y confirmado ayer mismo con el 2-1 que le endosamos al Sevilla.
La próxima jornada visitamos a un rival directo, el Valladolid. Allí podremos hacer una de tres: respirar al fin tranquilos, en caso de ganar; dejar las cosas como están en caso de empate o volver a quedarnos con el agua al cuello y tirar el trabajo de las últimas semanas por la borda en caso de derrota.
Hoy confío, más que nunca, en que esta temporada nos salvamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario