Esta madrugada, el delantero mexicano Antonio de Nigris, ex-jugador del Villarreal y el Polideportivo Ejido, que jugaba en el club griego AE Larisa, ha fallecido de un paro cardíaco a la edad de 31 años mientras dormía.Su caso es similar a los de los españoles Antonio Puerta y Daniel Jarque, este último ocurrido el pasado verano.
Empieza a ser preocupante la cantidad de futbolistas jóvenes y, en teoría, sanos, que mueren de manera fulminante.
Tras sucesos como éste, conviene, cuanto menos, preguntarse si los futbolistas pasan por los suficientes reconocimientos médicos, y pensar una forma de evitar que sigan ocurriendo.
Con esta muerte, se amplía la lista de un año negro para el fútbol, tras el disparo recibido por Fernando Cáceres y los fallecimientos del mencionado Daniel Jarque, el locutor deportivo Andrés Montes y el portero Robert Enke.
Desde aquí quisiera desearle al argentino una recuperación lo más temprana posible y, al resto, que descansen en paz.
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