Otro amistoso que sólo lleva de amistoso el nombre vivió España en Viena. Un amistoso que empezó perdiendo, pero en el que acabó goleando. Un amistoso que confirma que el estadio Ernst-Happel es la segunda casa de la Roja.
Y es que en cuatro partidos jugados recientemente en el estadio austriaco, la selección española ha marcado 9 goles y ha encajado sólo uno (el de este partido). Ha ganado los cuatro partidos, aunque uno de ellos (contra Italia) tuvo que resolverse en los penaltis.
El partido que nos atañe, último partido del combinado español de este año, no empezó muy bien para los nuestros. El equipo local llevaba 8 días de concentración para este partido, y se notó en el arranque.
Así, a los siete minutos de partido, los austriacos se adelantaban en el marcador, por mediación de Jantschner y con la involuntaria colaboración de Sergio Ramos. El estadio vienés se volvía loco y las bengalas lanzadas en las gradas inundaron el campo de humo.
Sin embargo, un par de minutos después, un genial pase de Silva dejó a Cesc sólo ante el guardameta local para que definiera por bajo y pusiera el empate a uno en el marcador. A partir de este momento, España empezó a dominar con claridad.
Pero no sería hasta el minuto 27, cuando Villa ya había puesto el 1-2 en el marcador, que el choque se pondría completamente cuesta abajo para los españoles. Pehlivan realizó una fea entrada sobre Busquets, jugador que tuvo varios rifirafes con los rivales, y fue expulsado del partido con roja directa.
Austria notó la inferioridad numérica, y el encuentro llegó al descanso 1-3 con un nuevo gol de Villa, aunque lo cierto es que pudieron caer varios tantos más.
Al reanudarse el encuentro, con la mitad del once español sustituida, España empezó a asediar el marco rival sin tregua. En el minuto 56, Güiza ponía el 1-4, respondiendo a sus detractores y demostrando que sigue siendo uno de los delanteros más eficaces de la selección.
No habían pasado ni dos minutos cuando Pablo Hernández hizo el 1-5 definitivo.
A partir de ese momento, y con el partido ya sentenciado, poco más que destacar. Sólo un balón al palo que a punto estuvo de suponer el 1-6, y un posible penalti sobre Fuchs, que el árbitro no señaló, cosa que encolerizó a la grada del Ernst-Happel. De todos modos, la señalización de la pena máxima tampoco hubiera servido de mucho a los locales, porque sólo quedaban 7 minutos de partido y ya iban 4 goles por debajo en el marcador.
En definitiva: La selección española sigue bailando sobre cada uno de los escenarios que pisa. A veces sufre, a veces golea, a veces vence con comodidad, pero siempre gana. Y así ha sido a lo largo de todo el 2009, a excepción del traspié contra Estados Unidos en la Copa Confederaciones.
La única mala noticia del partido, la lesión en los últimos instantes de Raúl Albiol. Buena noticia, sin embargo, para los seguidores del Racing de Santander, ya que el partido que iba a jugar contra este equipo es el único que, en principio, podría perderse el defensa madridista.
De momento, la selección no volverá a reunirse hasta el próximo año, en un partido amistoso contra Francia (que, por cierto, hoy ha certificado su pase al Mundial de forma polémica, pero de eso hablaré en otra entrada). Hasta entonces, los jugadores se concentrarán en jugar con sus respectivos clubes y prepararse para, el próximo verano, intentar levantar la Copa del Mundo al cielo de Sudáfrica.
Foto: http://www.marca.com/
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