domingo, 28 de marzo de 2010

Del infierno al cielo pasando por la Romareda

Cómo cambian las cosas en cuestión de días, tanto en el terreno futbolístico como en cualquier otro.
Como ejemplo tenemos esta última semana del Real Zaragoza, que como Jesucristo ha pasado por la Pasión (Zaragoza 2-4 Barça), la Muerte (Almería 1-0 Zaragoza) y la Resurrección (Zaragoza 3-0 Valencia). Y eso que la Semana Santa es la que viene.

Pasamos del infierno de Almería, donde nuestros jugadores parecieron poco más que almas en pena, al cielo de la Romareda, en la que nuestro equipo jugó como los ángeles. Todo ello a pesar de algún que otro demonio que trató de ponernos las cosas complicadas (Paradas Romero, su linier...)

Y es que si Milito y Piqué fueron nuestros Judas particulares contra el Barça (por seguir con el símil bíblico, no considero que sean unos traidores ni mucho menos) y Kalu Uche fue Poncio (que no Ponzio) Pilato condenándonos a muerte; ayer Diogo, Arizmendi y Jarosik parecieron la Santísima Trinidad produciendo el milagro de ganar 3-0 a todo un Valencia (plagado de bajas y con uno menos toda la segunda parte, eso sí).

Hasta San Pedro estuvo sobre el césped del campo zaragocista anoche, en la figura del portero César, quien podría decirse que negó tres veces a su equipo con los tres goles encajados en favor de su antiguo club.

Lo importante ahora es andarse con ojo, y mantenernos a una distancia prudencial de los romanos, tanto chicharreros como blanquivioletas. Y, sobre todo, dar caza al Málaga el próximo domingo...el Domingo de Resurrección.

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